¿Qué tan triste tiene que ser tu vida para llegar al punto de esconderte y llorar en el baño?
Yo te lo voy a responder, no es tan difícil...porque solo falta sentir la tristeza para lamentarse por ella.
Que tu día solo vaya en picada; Que alguien cercano a ti no te escuche ni intente comprenderte; Que te busquen pelea; Que hayas visto algo que no querías ver.
Hay muchas razones para sentir la tristeza dejante al final una desazón que te carcome o un vacío brutal que se siente pesado y espeso. También sientes alivio, por supuesto, al alivianar tu carga tras botar todo en un simple llanto. Y tal vez es ahí donde quiero llegar porque, a pesar de que conectamos a la tristeza a un sentimiento de débiles y que este, a su vez, es un sentir oscuro lleno de tragedias, a la final no es así y todo por el simple hecho de que estás sintiendo. ¿no es eso maravilloso? el sentir...
Sí, no sé cual es la causa de tu llanto o de tu tristeza. Pero estas sintiendo y eso es suficiente para decir: "Aún no me han destruido, aún puedo ser yo, aún puedo volar y volar y aún puedo renacer de estas cenizas que intentaron hacer de mi".
Así que yo, hoy, en un 12 de diciembre, el mes que tanto en un pasado amé, estoy llorando en el retrete del baño. A oscuras. En silencio. Con dolor y pesar. Pero aun puedo ser de mi lo que tanto soñé y lo voy a alcanzar aunque me hagan cenizas una y otra vez porque a mi mis sueños y aspiraciones no van a hacer caer, van a levantarse cada vez que caiga y van a ir mas alto aun para poder alcanzar lo que tanto espero y salir de aquí.
Lo haré y lo haré con una sonrisa en la cara. Porque nada es mejor que disfrutar de la batalla en la que caíste para luego mirarlo en un futuro y decir: "Ja! Ahí caí, ahí sufrí. Pero gracias a eso luché para estar aquí. Y voy a alcanzar más, porque lo merezco. Y voy a ser mejor, porque eso quiero. Porque nací llorando pero viviré sonriéndole a ese llanto".
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