Un...dos.
Un sudor frio me recorre.
Tres...cuatro.
El ambiente espeso se pone.
Cinco...seis.
Cierro los ojos y entro a la ducha.
Siete...ocho.
el agua cae, su presencia me abruma.
Nueve...diez.
Ahí viene, lo siento.
Su respiración lenta inicia sus lamentos.
Me baño rápido, no lo quiero escuchar pero sus susurros ahogados me atormentan hasta llorar.
No se que hacer, yo también odio su situación pero la bruja lo maldijo. Ya no hay salvación.
Una nueva ola de terror me paraliza, puedo sentir sus garras arañándome sin prisa. Pide clemencia pero yo no tengo el poder, pide ser amado pero mas amor no sé ofrecer.
Yo lo libero a momentos, solo eso le puedo dar. Escucho sus plegarias desgarradas, solo eso puedo consolar. Yo también deseo lo que él, ahí los dos concordamos. Pronto tendremos el poder y asi escapar para ser libres de amar y ser amados.
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