Un alma errante

 

Caminé por los pasillos; con mi alma al tope por sufrir, con mis pensamientos vacíos sin nada bueno que expresar y con mi mirada que al contrario dice cada vez mucho más. 

Miro la luna y ella me devuelve su brillo.
¿Qué puedo hacer? ¿Cómo paro? ¿Cómo termino? 

Quisiera que al menos una vez me concediera un deseo, así dejo de gastar 11:11 desesperados y velas que solo se derriten sin cumplir ningún plazo.

Otra noche acaba de pasar. Mis ojos ni un toque pudieron pegar ¿Qué me pasa? ¿Cómo paro? ¿Cómo termino?

Me siento desganado, atrofiado y profundamente incomprendido por mi mismo. ¿En qué he vuelto mi vida? ¿Cómo terminé así?

A la final todos los dedos señalándome tendrán razón y solo seré otro loco de por ahí.

Una pastilla, nada sucede. Un poco de leche tibia, ni siquiera entre pestañeos me tiene. Unos susurros, ya no me conmueven. Por favor ¡una nana aunque sea! Ahora ni eso apaga mi mente. 

Los pájaros me cantan otra vez. De la noche he escapado, aunque eso no era lo que quería por vigésima vez este mes. 

Caigo y caigo. Ya no sé ni que hago. 

Algo quiero hacer. Algo quiero crear pero en mis manos ya no está mi futuro sino una triste realidad. 

Vago por aquí, vago por allá. 
Soy un alma errante que solo a si mismo asustará. 















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